El Museo del Traje repasa la historia del color rosa en la exposición temporal ‘La Vie En Rose’
Hasta el próximo 19 de mayo podrá verse en la sala de exposiciones del Museo del Traje, una muestra en la que se ahonda en el uso del color rosa, su técnica y simbolismo a lo largo de la historia de la moda en la cultura occidental.

Jubones, basquiñas, monos, mobiliario, casullas, zapatos, trajes de torero, sombreros, muñecos, fotografías y piezas como una sagrada familia o una terracota del siglo IV, se dan cita en ‘La Vie en Rose’, la exposición con la que el Museo del Traje (CIPE) pretende llevarnos por diferentes periodos de la historia para explicarnos el uso del rosa en cada momento.

A través de paneles y vitrinas, recorremos la historia del rosa, un pigmento que se obtenía a través de la mezcla del rojo y el blanco. Para conseguir el rojo en Europa se emplearían especies animales como el quermes y las cochinillas de Armenia y Polonia.

Si hablamos de su uso a lo largo de la historia, encontramos el rosa empleado en la estatuaria clásica para colorear las carnaciones de las terracotas. Esto se ve reflejado en la exposición a través de la exposición de dos terracotas helenísticas de la colección del Museo Arqueológico Nacional.

Ya en la Edad Media el rosa adquirirá un uso suntuario, reservándose su uso a las clases nobiliarias y se empleará para las túnicas en las representaciones de los santos.

Ya en el siglo XVIII, el rococó convertirá el rosa en un tono pastel usado tanto en la moda femenina como en la masculina. Además, a raíz del descubrimiento de Pompeya y Hérculano, se usará en la moda un rosa subido de tono a imitación de las paredes de la casa de Livia en Pompeya.

Por su parte el estamento eclesiástico también hará uso del rosa para su indumentaria liturgica. En la exposición se exponen dos magníficas casullas del primer tercio del XVIII procedentes de las colecciones de la institución.

El siglo XIX traerá consigo cambios en la moda surgiendo diversos estilos como las denominadas camisas femeninas, vestidos de tejidos sueltos como la muselina que seguían la inspiración de la moda de la antigua Grecia y Roma.
Por su parte el hombre burgués, se desprende del color para su atuendo y reduce su uso a chalecos y corbatas, color que aún no estaba asociado a lo femenino.

Será en el romanticismo cuando vaya asociándose el rosa y los colores pastel a la mujer, siendo este color el preferido para vestir a los ángeles del hogar.

La mujer del romanticismo, reduce su educación a la apariencia dominando los tiempos con su traje de mañana, su traje de recibir, su traje de paseo, su traje de teatro o el del baile, y si tenía de todos ellos era considerada una dama de «buen tono».
La muestra no olvida elementos foráneos como el mantón de Manila o las chinelas que comienzan a llegar a finales del XVIII a nuestro país y se implantan en la moda femenina a lo largo del XIX.

Será precisamente en el XIX cuando el tono del rosa suba el tono y se den tonalidades como el ciruela, el granate o el rosa palo.

A principios del siglo XX la mujer comienza a liberarse de los encorsetamientos de la centuria anterior, el polisón y los corsés se abandonan y los diseños de la diseñadora Jeanne Paquin y de Mariano Fortuny crean una nueva silueta femenina.
En la muestra puenden verse algunos diseños de la centuria como un mono Delphos de Mariano Fortuny en color rosa.

La muestra prosigue monstrándonos diseños transgresores como el sombrero zapato de Elsa Schiaparelli de los años 30 y nos adentra en la década de los años 50, momento en el que Mamie Eisenhower pone de moda el rosa asociado a lo femenino y al ama de casa.

Marlyn Monroe convertirá al rosa en un color con carga sensual y en los 60 -70 músicos como Elvis, Bowie o ya en los 80 en España, Tino Casal comenzarán a usar de nuevo el rosa en su indumentaria.
La corriente del punk, los juguetes asociados a niños y niñas o los usos contemporáneos en la moda del color rosa completan el discurso museográfico de esta exposición.

Como broche de oro los comisarios de la muestran, han optado por exponer por un lado una serie de figurines de moda de Asunción Bastida y de Pedro Rodríguez, y por el otro ocho vestidos en color rosa que nos muestran la evolución tanto del color como de la figura femenina desde los años 20 hasta la actualidad.

‘La Vie en Rose’ puede verse de manera gratuita hasta el 17 de marzo en la sala de exposiciones del Museo del Traje. Desde el museo han organizado una serie de visitas comentadas a la exposición durante los meses de enero y febrero para las que hay que inscribirse en el siguiente enlace.

La Vie en Rose
Sala de exposiciones del Museo del Traje
Hasta el 19 de mayo 2019
Más información http://www.culturaydeporte.gob.es/mtraje/exposicion/temporales/historico/2018/la-vie-en-rose.html
Sin más, se despide atentamente