En la calle Arenal nº 8 se encontraba la Confitería Prast, uno de los establecimientos más exclusivos de finales del siglo XIX que aparece en algunas novelas de Benito Pérez Galdós o incluso Emilia Pardo Bazán hace alusión a ella en su cuento ‘En el Tranvía‘.

Además la Confitería Prast es algo más conocida por ser el lugar donde el padre Coloma, autor del célebre cuento ‘Ratoncito Pérez’, nos cuenta que el ratoncito y su familia vivián en el almacén de la confitería dentro de una caja de galletas inglesas de la marca Huntley and Palmers.

La Confitería Prast era uno de esos comercios del Madrid del siglo XIX dónde podían comprarse exquisiteces como roscones, mazanapanes u hojaldres y además tenía anexo un ultramarinos llamado ´Las Colonias’. Sobre ella escribieron muchos escritores y cronistas pero sería Angel Muro en su libro de gastronomía ‘El Praticón’ quién escribiese lo siguiente:
«…Si todos los almacenes de géneros ultramarinos de España fueran como los de Potín en París , el de Carlos Prast y Julián en Madrid , el de P. Mestre en Barcelona , y los de Arana en San Sebastian , entonces no tendría yo necesidad de llamar la atención sobre un extremo que tanto interesa a la buena alimentación «.

El comercio estuvo abierto hasta más o menos la guerra civil, se conservan las clásicas columnas de hierro forjado de los comercios decimonómicos de Madrid y su bonita fachada con marqueterías de color verde y donde además, si ponemos atención, se ven unos medallones de tono entre el marrón y el dorado que simbolizan las medallas que obtuvo el señor Prast por sus excelentes productos en las ferias internacionales.


Se conservan asimimo fotografías donde podemos ver el exterior del establecimiento y algo más que no todo el mundo sabe. En el Museo Arqueológico Nacional en su área dedicada a la numismática se expone una foto del establecimiento junto a una ficha de latón publicitaria de la confitería similar a una moneda y es que el fundador Carlos Prast fue uno de los primeros en darse cuenta de lo importante que era la publicidad.


Esta fue una de las historias que conté en mi sección sobre Madrid en el programa de Radio 3 ‘Efecto Doppler’ el pasado 3 de agosto y que pueden escuchar a través de este enlace, mi intervención es sobre el minuto 30.