El Museo del Romanticismo presenta una exposición temporal sin precedentes, Rafael Tegeo, 1798-1856, la primera muestra monográfica dedicada a este artista, y cuyo objetivo principal es la puesta en valor de una figura de primer nivel de la pintura decimonónica española incomprensiblemente olvidada por la historiografía del arte.
Rafael Tegeo nació en Caravaca de la Cruz cuando se acababa el siglo XVIII, y la centuria que le sucedió sería testigo del cambio de la sensibilidad neoclásica a la romántica. Todo ello caló en la producción del artista, que supo manejarse en distintos géneros pictóricos y que escogió lo mejor de cada sensibilidad para trasladarla a sus lienzos.

El joven Tegeo se trasladó a Madrid para estudiar en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde por aquél entonces primaba el gusto neoclásico y así él lo aprendió de la mano de José Aparicio. Un tiempo después, viajó a Roma por su cuenta, sin estar pensionado, y allí permaneció cinco años, empapándose del arte clásico y del neoclásico. Fruto de esta estancia es un cuadro de la virgen con el niño y un jilguero que podemos ver en el oratorio del museo.

A su vuelta a España hizo méritos para ingresar en la Real Academia de San Fernando, en la que ocupó varios cargos. Su obra elegida para ser depositaba en tan elevada institución fue un Hércules y Anteo que se puede disfrutar en la muestra, todo un ejercicio de tratamiento de la pintura como si fuera escultura, otra de las artes por él estudiadas y valoradas.

Tegeo encontró los favores de varios mecenas, entre los que se encuentran el infante Sebastián Gabriel o Francisco de Asís de Borbón, esposo de Isabel II, de la que llegó a ser pintor de cámara.
Para éste último pintó por encargo el lienzo Episodio de la Conquista de Málaga, conocido como el episodio del moro santo, perteneciente a las Colecciones Reales de Patrimonio Nacional, obra por vez primera expuesta al público en esta muestra desde su redescubrimiento en 1992.

También se puede aprovechar la exposición para contemplar el lienzo Combate de lapitas y centauros , perteneciente a la colección del conocido hispanista William B. Jordan y que al concluir la muestra pasará a firmar parte del Museo Nacional del Prado en una donación comprometida a dicha institución por su propietario antes de fallecer.

Tras la revisión de su obra, Rafael Tegeo se muestra como un artista global, capaz de moverse con libertad por distintos géneros (el retrato, la pintura religiosa o la de composición, entre otras) y caracterizado por ser un avanzado a su tiempo y uno de los primeros introductores de la sensibilidad romántica en la pintura española.
Fue la reciente adquisición de su obra La virgen del jilguero por parte del museo la que propició una investigación para arrojar luz sobre este pintor del s XIX en España, que culmina ahora con la edición de un catálogo y con la presente exposición. La edición del catálogo está a cargo de los comisarios de la muestra, incluye artículos de José Luis Díez o Carlos Reyero, entre otros, y supone un volumen de referencia en la revisión de la figura del autor.

La investigación sobre el artista culminó con la donación particular de un par de retratos al museo que pueden observarse entre las obras seleccionadas en la muestra.

La exposición está comisariada al alimón por Carlos G. Navarro y Asunción Cardona Suanzes, Especialista en Pintura del siglo XIX en Museo Nacional del Prado y Directora del Museo Nacional del Romanticismo, respectivamente. En ella se puede disfrutar de una cuidada selección de obra procedente del Museo Nacional del Romanticismo, Museo Nacional del Prado, Patrimonio Nacional, Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Biblioteca Nacional, Museo de Bellas Artes de Murcia y colecciones particulares tanto españolas como extranjeras.

Las piezas ocupan varios espacios del museo. Por un lado, la sala de exposiciones temporales está dedicada a los retratos. Están realizados con una maestría absoluta, un trazo exquisito y un trato cariñoso para con los retratados, dulcificando sus defectos físicos llegado el caso.
En ellos introduce a veces elementos paisajísticos que nos hablan de la versatilidad del autor. Destacan los retratos que realizó a miembros de su familia, como el de su hija Ángela con tres años, a la que pinta con una muñeca.

Por otro lado, se ha reutilizado la sala anteriormente ocupada con los interactivos para acoger exposiciones temporales (como es el caso), pero también para mostrar en el futuro obra de reciente adquisición, donaciones, etc. En esta parte del recorrido podremos admirar la pintura de historia y de composición, en general obras de gran formato y monumentalidad.

Pero también las obras de Tegeo aparecen intercaladas por la exposición permanente del museo, en diálogo con otras, para resaltar la distinta fortuna de sus autores o el tratamiento diferente de las piezas. Así, se destacan algunos espacios que han sido modificados a través de una nueva museografía, como el oratorio.

La exposición se podrá disfrutar en la sede del museo (Calle de San Mateo, 13, Madrid) del 27 de noviembre de 2018 al 17 de marzo de 2019.
Se proponen actividades complementarias para profundizar en la misma, dentro del «Cuatrimestre Temático Rafael Tegeo», como las visitas guiadas a la exposición o un ciclo de charlas dedicadas a la figura del artista, que se pueden consultar en la web del museo.
Sin más, se despide atentamente
Sonia Martínez Requena (Conservadora Museos Estatales)