La escultura del Arcángel San Miguel de ‘La Roldana’ ya está en la Galería de las Colecciones Reales
Una de las obras de arte que podrá admirarse en la Galería de las Colecciones Reales de Patrimonio Nacional es la escultura del Arcángel San Miguel venciendo al demonio de la escultora barroca, Luisa Roldán. Se trata de una obra de capital importancia dentro de la producción de la escultora ya que destaca por su gran técnica y verismo en los rostros.
La obra, realizada en madera, tiene 2,64 metros de altura y 157,5 y le valió a la escultora el titulo de escultora real bajo el reinado de Carlos II siendo la primera en conseguirlo.
La pieza se encontraba en el Real Monasterio de El Escorial, desde donde llegó a Palacio hace unos meses para ser sometida a un proceso de restauración de la mano de Ana Loureiro. Tras esto fue trasladada desde el departamento de restauración del Palacio Real hasta el nuevo museo que tiene prevista su apertura en el verano de 2023.
La restauradora Ana Loureiro. Fotografía Patrimonio Nacional.
En este largo proceso de restauración, Loureiro ha resanado las grietas y eliminado los repintes localizados especialmente en la cara y en las manos “para devolver a la pieza su expresividad, uno de los sellos de identidad de La Roldana”. Los últimos pasos han sido la reintegración cromática y la protección final de la pieza. Las radiografías han permitido descubrir que los cuernos del demonio no eran originales, por lo que se han sustituido por nuevas piezas diseñadas según fotografías antiguas para recuperar el aspecto que tenía en 1692.
Radiografía de la pieza. Patrimonio Nacional
Además de haberse recuperado el estado original de la pieza, la escultura ha la inscripción en la que se lee:“POR MANDADO DE REI NVESTRO SEÑOR CARLOS II LVISA ROLDAN ESCVLTORA DE CAMARA DE SV MAJESTAD”.
Luisa Roldán, alías “La Roldana” nació en Sevilla en el año 1652 y falleció en Madrid en 1706. Su padre era el afamado escultor Pedro Roldán en cuyo taller se formaron tanto sus hermanas María y Francisca, como ella.
Luisa se convirtió en una importante escultora destacando las pequeñas figuras en barro que hacía de temas marianos y que se conservan en varios monasterios. Fue una pionera y como subraya Leticia Ruiz, directora de la Galería de las Colecciones Reales “fue una figura pionera en un tiempo en el que las mujeres no tenían ningún reconocimiento”.
Es importante reseñar que en la época en la que vivió Luisa, las mujeres no podían firmar sus propios contratos, sin embargo a finales de 1688 o principios de 1689 se trasladó a Madrid junto a su esposo e hijos siendo nombrada Escultora de Cámara en la Corte española, título que recibió de Carlos II, precisamente por la escultura del Arcángel.
En la capital vivió en la calle San Buenaventura, muy cerca de Palacio, en las casas del Duque del Infantado. Hoy una placa conmemorativa recuerda su presencia en la ciudad. El mismo día de su muerte, el 10 de enero de 1706, fue reconocida por la Academia de San Lucas de Roma.
Todas las fotografías de este reportaje (a excepción de las facilitadas por Patrimonio Nacional) son de la autoría de Pepe Añón y están realizadas en exclusiva para esta página.
