El 3 de enero de 1924 en Gran Vía nº32, que por aquel entonces se llamaba Avenida Pi i Margall abrían sus puertas los Almacenes Madrid-París, los primeros que se creaban en la ciudad a imitación de los almacenes franceses (Galerías Lafayette).

Fundados con capital francés, su aparición en la Villa y Corte no paso desapercibida y a su inaguración asistió el rey Alfonso XIII y su esposa Victoria Eugenia de Battenberg.

El proyecto arquitectónico de estos almacenes venía de Francia, pero sería el arquitecto Teodoro Anasagasti, autor también del desaparecido Real Cinema de la Plaza de Isabel II o del Teatro Pavón, quién adapte el proyecto a la realidad madrileña y lo firme.
Sobre ello escribiría MUNDO GRÁFICO lo siguiente: «admirable establecimiento instalado en el segundo trozo de la Gran Vía, que da una nota de suntuosidad al comercio madrileño»
Se van a construir con hormigón armado, y van a contar con ascensores, con un gran hall, una suntuosa escalinata y para su interior se emplearían buenos materiales como por ejemplo el mármol.

Además contaba con un patio de luces octogonal al que le entraba la luz a través de una cúpula de 30 metros de diámetro y donde se situaban los puntos de venta.
Ya estos grandes almacenes tenían un sistema de prevención de incendios y es que contaba con dos torrecillas de artísticas columnas, que es como las describe la prensa, en las equinas donde se alojaron depósitos de agua que se conectaban con 72 bocas de riego.

Se conservan fotografías de su interior y también de su construcción. Además en alguna de las fotos se aprecian muy bien los rótulos ‘Grandes Almacenes Madrid-París’ y se han perdido los medallones que se aprecian en las fotos con las letras M y P, de Madrid-París.

¿Qué podía comprarse en estos almacenes?
Contaba con una plantilla de 400 empleados y se podía comprar desde artículos de menaje del hogar, a tejidos, joyas, cosméticos, juguetes, zapatos, perfumes, objetos de papelería o incluso llegaron a tener productos de alimentación.
Contaban además los Almacenes Madrid-París con un elegante salón de té, con capacidad de 600 personas.

El cierre de los almacenes Madrid-París
Aunque fueron muy populares y vendían, pronto tuvieron que encontrar fórmulas para subsistir, alquilaron espacios a Radio Madrid que instaló una antena en la azotea y finalmente cierran en el verano de 1933.
Tras esto se hizo una reforma en el edificio 1934, se incrementaron las plantas, se eliminaron dos cupulas que lo flanqueaban y se colocó la estatua del Ave Fénix que aún hoy en día puede verse en la azotea.

Al ser un edifio tan grande encontró varios usos: además de estar como ya he dicho Radio Madrid, parte pasaría a ser el cinematógrafo Madrid-París que luego en mayo de 1939 se cambiaría el nombre a Imperial y también los almacenes SEPU permanecieron abiertos abiertos hasta 2002.

En la actualidad, el edificio de Gran Vía 32 acoge diversos grupos empresariales, siendo uno de ellos una tienda de ropa low cost que se instaló hace algunos años y que previamente acometió en el inmueble una reforma integral que le devolvía parte de la distribución original incluyendo su increíble techo acristalado.

