Cada 26 de julio la Sangre de San Pantaleón que se guarda en un relicario de el Monasterio de la Encarnación de Madrid, se licua de manera milagrosa ¿Quieres conocer la historia de este misterio?
Os preguntareis quién es San Pantaleón y por qué dedicamos un artículo en este blog a la figura de este santo. San Pantaleón fue un médico y mártir nacido en Nicomedia a finales del siglo III, con el paso de los siglos este santo ha llegado a convertirse en el patrono de los enfermos y sus reliquias están repartidas por toda la cristiandad.
El día 26 de julio, en la víspera de la celebración de su santo y martirio, tiene lugar en el Real Monasterio de la Encarnación (donde se custodia una pequeña ampolla con su sangre) una curiosa ceremonia que no deja de ser sorprendente, ya que se produce la licuefacción espontánea de la sangre de este mártir.
-¿Quién fue San Pantaleón?
El nombre de San Pantaleón significa “el que se compadece de todos”. Poco es lo que realmente se conoce de la vida de este mártir, lo que sabemos de él es gracias a un manuscrito del S. VI que se conserva en el Museo Británico que nos cuenta cómo el santo dedicaba su vida a sanar a los enfermos.
Nació en Nicomedia, la actual Turquía. Decidió estudiar filosofía y retórica para más tarde seguir los pasos de su padre y dedicarse a la medicina, llegando a ser médico del emperador Galerio Maximiano.
Después de la muerte de su padre, San Pantaleón se convirtió al cristianismo y dedicó su vida a ejercer la profesión de médico de forma altruista curando a mendigos, pobres y todo aquel que carecía de dinero. Esto suscitó la envidia de otros “colegas” de profesión que llevaron a denunciarle por su conversión a la nueva fe y por hacer magia. Sin embargo, él no renunciaría a ella y sería perseguido por ello y torturado (se cuenta que sufrió seis maneras distintas de tortura). Su destino final fue aún más cruel, el día 27 de julio del año 305, fue decapitado.
La tradición cuenta cuenta que sus discípulos recogieron su sangre en pequeños trozos de tela y la distribuyeron en relicarios por toda Italia y parte de la cuenca del Mediterráneo.
– Misterio de la licuefacción de la sangre de San Pantaleón
En el altar mayor del Real Monasterio de la Encarnación, fundado en 1611 por Margarita de Austria, cuenta con un excepcional relicario donde destacan dos reliquias del santo turco: una cápsula en la que se guarda su sangre del santo y un hueso. Os preguntaréis ¿cómo llegaron estas reliquias al cenobio madrileño, no? La respuesta es fácil, fue en el SXVII cuando el virrey de Nápoles y conde de Miranda, D. Juan de Zuñiga , donó estas reliquias al Real Monasterio de la Encarnación al ingresar su hija Aldonza de Zuñiga (primera priora del monasterio) como novicia del monasterio. Estas reliquias procedían a su vez de la Catedral de Ravello en Italia donde también se conservan reliquias del santo.
Lo curioso del caso de San Pantaleón se produce el día 26 de julio, en la víspera de su martirio. Este día, y religiosamente todos los años, se realiza una vigilia en honor al santo y se muestra el relicario donde se encuentra conservada parte de su sangre en estado sólido. Sin embargo, es en ese momento cuando se produce lo que se denomina como, la licuefacción de su sangre. La sangre del mártir, según parece y por obra “divina” pasa de su natural estado sólido a liquido.
Este fenómeno ocurre todos los años y si no ocurre, la tradición cuenta que malos augurios se nos vienen encima. Como curiosidad, dicen que en los años 1914, 1936 y 1939, la sangre no se licúo, y ya sabéis lo que ocurrió, las contiendas bélicas nos asolaron. El proceso de licuefacción, no es inmediato, el día 27 se puede observar perfectamente cómo ha terminado de licuarse la sangre pero no se puede besar la ampolla como se hacía antaño.
Son muchos los estudios que se han realizado sobre este aspecto. Los científicos siguen aún sin poder explicar por qué se produce este cambio de estado, en la sangre conservada. Por eso, se considera un milagro lo que sucede con San Pantaleón la víspera de la celebración de su santo.
Real Monasterio de la Encarnación
Plaza de la Encarnación, 1
26 de julio (víspera de San Pantaleón)