Un Banquete Cruel. Porquoi?
Círculo de Bellas Artes
Horario: martes a domingo de 11:00 a 14:00 horas y de 17:00 a 21:00
Lunes: cerrado
Acceso a todas las exposiciones del Círculo de Bellas Artes: 3 euros
Detrás de esta exposición se encuentra Ouka Leele, fotógrafa, artista y pintora quién conmovida por el relato de la periodista congoleña Caddy Adzuba sobre la situación de la mujer en el Congo, abordó esta tema para hacer visible la violencia que sufren las mujeres en el África central. Se mata a sus familias, se las viola, se las tortura hasta quitarles las ganas de ser mujer, es una barbarie a erradicar, el responsable: el coltán que se extrae en el Congo para hacer las baterías de los móviles que usamos en el primer mundo.
Lo he dicho antes, esta exposición es cuanto menos amable, pero no por ello hemos de dejar de visitarla ya que está denunciando una terrible situación que se vive en nuestro planeta y hay que ser consciente de ella e intentar cambiarla.
Lo que Oula Leele ha hecho, es poner su creatividad y arte al servicio de esta denuncia social, a fin de cuentas el arte tiene también mucho que aportar a nuestra sociedad. La muestra aborda diferentes formatos, hay una gran mesa central dispuesta a modo de banquete en la cual entre manjares suculentos y vajilla de plata, se encuentran cráneos humanos. Comensales no hay, tan solo las baterías de coltán, las placas base de los ordenadores y muchas armas se sientan a la mesa en este banquete cruel.
De las paredes pintadas de rojo, penden unas fotografías de cráneos y fetos entre las que se intercalan palabras como “y el amor”, “vanitas del coltán” y “muerte” entre otras. Toda esta celebración de la vida y la muerte, está acompañada de un olor a rosas que se expande por toda la sala y que te deja con una extraña sensación y te preguntas ¿qué hay de bello en la muerte y barbarie?
Pero sin duda lo más sobrecogedor es el documental que se exhibe en la sala, en esta pieza de unos 20 minutos la periodista Caddy Adzuba relata las barbaries a las que son sometidas las mujeres; recoge un testimonio sobrecogedor de una mujer congoleña y que me es imposible reproducir por la maldad que guarda, y denuncia que la guerra que hay en su país es motivada y acrecentada por las grandes empresas que están detrás de la extracción del mineral.
Es una exposición dura, pero encierra belleza y nos recuerda lo barbaros que pueden llegar a ser algunos humanos. No dejéis de verla.
Sin más, se despide atentamente
