El incendio del Alcázar de Madrid en la Nochebuena de 1734

El incendio del Alcázar de Madrid en la Nochebuena de 1734

Daban las doce y cuarto de la Nochebuena de 1734 cuando en  el obrador del entonces pintor de cámara Jean Ranc en el Real Álcazar de Madrid, se desataba un devastador incendio que duraría varios días. Poco a poco el fuego fue propagándose por las estancias del inmueble, dejándole reducido a escombros.

Con este incendio la fortaleza medieval, que había sido fruto de reformas con los diferentes monarcas que lo habían habitado desde la dinastía Trastamara, se convertía tan solo en un recuerdo y en una”excusa” para levantar el actual Palacio Real.

Gaceta de Madrid. Enero de 1735. Fuente: Historia Urbana de Madrid

Mucho se ha dicho sobre que a Felipe V no le gustaba el Alcázar madrileño porque era un caserón viejo, oscuro y triste, pero lo cierto es que se habían llevado a cabo reformas en su interior que lo alejaban de tal descripción. José Manuel Barbeito en su monografía sobre el Alcázar Real, nos ofrece un completo estudio de la evolución del Alcázar y señala:

“si era cierta la antigüedad de su origen, también lo era el continuo cuidado desplegado en su renovación y mejora, que había corrido por mano de los más dotados artista de la corte. Los aposentos de los reyes, dispuestos a lo largo de la fachada de mediodía, resultaban amplios, luminosos y estaban ricamente decorados con muebles y objetos de valor, entre los que destacaban las magníficas colecciones de pintura y escultura reunidas por la monarquía”

<span style="color: #3366ff;"><em>Antón van den Wyngaerde: Vista de Madrid, 1562. Viena, Österreichische National-Bibliothek. Fuente: Investigart</em></span>
Antón van den Wyngaerde: Vista de Madrid, 1562. Viena, Österreichische National-Bibliothek. Fuente: Investigart

Lo que sí es cierto es que Felipe V no se sentía cómodo en el Alcázar, ya sea bien porque en él se encontraba rodeado de consejeros, ministros, nobles y oficiales, o bien porque echaba de menos los jardines y parques en los que se había criado en los Palacios de Fontainebleau o Versalles.

<span style="color: #3366ff;"><a style="color: #3366ff;" href="https://bloghistoriadelarte.com/2014/10/06/el-alcazar-de-madrid-ii-de-castillo-a-palacio-the-castle-of-madrid-ii-from-castle-to-palace/"><em> Planta del piso alto del Alcázar de Madrid. Hacia 1537. Archivo del Ministerio de Asuntos Exteriores. Fuente: Blog historiadelarte.com</em> </a></span>
Planta del piso alto del Alcázar de Madrid. Hacia 1537. Archivo del Ministerio de Asuntos Exteriores. Fuente: Blog historiadelarte.com

Dicho esto -me parecía importante aclararlo- volvamos al relato que nos ocupa, el incendio del Alcázar Real.  Aquella noche, no hubo que lamentar pérdidas humanas ya que Felipe V y toda la familia real, que habían llegado a Madrid de vuelta de El Escorial y de la Granja hacía dos semanas, se encontraban en el Palacio del Buen Retiro. En el Alcázar, y a modo de centinelas para evitar robos, abusos y altercados, tan solo permanecería la guardia real.

Detalle del lienzo de Félix Castello en el Museo de Histoira de Madrid. Fuente: Wikipedia

Convertido por Felipe II, al trasladar éste la sede de la corte de Toledo a Madrid, en su principal residencia, en su interior se conservaban piezas enviadas desde América, piezas en plata, mobiliario, frescos,  esculturas o  pinturas de artistas de la talla de Rubens, El Bosco, Tiziano, Tintoretto, Velázquez o Durero, entre otros.

Unas 537 obras de arte perecieron en aquel incendio devastador, pero por fortuna, otras muchas se salvaron gracias a la rápida intervención de los frailes del cercano Convento de San Gil.

Convento de San Gil Madrid
Convento de San Gil en el Plano de Texeira. Fuente: http://delprimeralseptimoarte.blogspot.com/2013/05/real-convento-de-san-gil-madrid.html

Sabemos, gracias al último de los inventarios realizados en 1666, que se salvaron 1192 obras de arte y 44 lotes de esculturas y mobiliario (para una información más detallada recomiendo la lectura de este artículo de Investigart) y que estas se almacenaron en lugares cercanos a Palacio como el Convento de San Gil, la Armería de Palacio, las Casas Arzobispales o la Casa del Marqués de Bedmar, entre otros lugares.  

<span style="color: #3366ff;"><em>San Cristóbal, de José de Ribera. Museo del Prado</em></span>
San Cristóbal, de José de Ribera. Museo del Prado

Desde luego que aquella noche, en la que según cuentan las crónicas se tardó mucho en actuar, debió sorprender mucho ver cómo se lanzaban los lienzos, arcones de plata labrada, cofres con dinero,  esculturas y mobiliario desde las ventanas del Alcázar.  

Se actuó cómo se pudo y se salvó un gran legado artístico conformado por joyas, como la perla ‘La Peregrina’ y el joyel ‘El Estanque’, reliquias, pinturas, ornamentos religiosos, alhajas, arcones y numerosos enseres que decoraban las estancias regias.

<span style="color: #3366ff;"><em>José García Hidalgo. María Luisa de Orleans, reina de España. Museo Nacional del Prado. La reina porta la perla 'la Peregrina' y el joyel 'el Estanque'</em></span>
José García Hidalgo. María Luisa de Orleans, reina de España. Museo Nacional del Prado. La reina porta la perla ‘la Peregrina’ y el joyel ‘el Estanque’

 -Los lienzos que se salvaron del incendio del Real Alcázar

Muchos de los lienzos que se salvaron del pavoroso incendio, pueden contemplarse hoy en día en una de las mejores pinacotecas del Mundo, el Museo Nacional del Prado.

El Nacimiento de la Virgen de Pantoja de la Cruz, se encontraba en el pasillo del oratorio que conducía a la capilla real del Alcázar. Foto: Museo Nacional del Prado

En sus salas puede verse parte de la denominada Colección Real de la cual proceden lienzos que decoraban las estancias del Alcázar como ‘Las Meninas’, los lienzos de Villa Médicis, de Veláquez, ‘La Gioconda’  de atribuido al taller de Leonardo da Vinci, el San Cristóbal y el Martirio de San Felipe, de Ribera, el retrato ecuestre de Carlos V en Mühlberg, de Tiziano, Mercurio y Argos, de Velázquez, Sísifo de Tiziano, el Retrato de Isabel de Portugal de Tiziano, o ‘El Nacimiento de la Virgen’ de Pantoja de la Cruz, entre otros.

Además de estos lienzos conserva el Museo del Prado, dos obras en soportes pétreos como son el Ecce Homo en pizarra y la Dolorosa en mármol, ambos de Tiziano, que se encontraban en el aposento del Alcázar de Madrid cuando se produjo el incendio. Ambos presentan una pequeña abrasión en la pintura que los especialistas atribuyen al mencionado incendio.

El ‘Ecce Homo’ y la ‘Dolorosa’ de Tiziano durante su exhibición la exposición In Lapide Depictum, pintura italiana sobre piedra 1530-1555 en el Museo del Prado. Foto de la Agencia EFE

Asimismo en la Real Academia de las Bellas Artes de San Fernando podemos admirar los vaciados de las esculturas clásicas ‘Hércules y Flora’ que Velázquez realizó en Italia y que se lograron salvar del incendio de la Nochebuena de 1734.

Debido a las obras en la Plaza de Canalejas, las esculturas de Flora (izquierda) y Hércules (derecha) han sido trasladadas del vestíbulo de Real Academia de Bellas Artes de San Fernando al patio central – Foto: Maya Balanya para ABC

 -Las obras de arte que se perdieron en el incendio del Real Alcázar

En cuanto a las obras que perecieron, cifradas en torno a las 500, podemos destacar lienzos como ‘La expulsión de los Moriscos de Velázquez, obra que le valió en 1627 el ascenso a ujier de cámara, las Furias Ixión y Tántalo’, de Tiziano, San Cristóbal’, atribuido al Bosco o  el ‘retrato ecuestre de Felipe IV’ de Rubens, entre otros.

<em><span style="color: #3366ff;">Carmen García Reig: Reconstrucción virtual del incendio del Alcázar de Madrid. Fuente: Investigart</span> </em>
Carmen García Reig: Reconstrucción virtual del incendio del Alcázar de Madrid. Fuente: Investigart

Velázquez había realizado una serie de 4 escenas de temática mitológica para el espacio más importante del Alcázar, el Salón de los Espejos. Estas cuatro escenas, que bebían de Las Metamorfósis de Ovidio,  se representaba a Apolo, Adonis y Venus, Psique y Cupido y Mercurio y Argos.

Por desgracia, el incendio se llevó consigo tres de estos lienzos, salvándose unicamente el de Mercurio y Argos que puede verse en el Museo Nacional del Prado y que hemos mencionado anteriormente.

Mercurio y Argos de Velázquez. Museo Nacional del Prado

Velázquez en su viaje a Roma en 1650 encargó al escultor Matteo Bonuccelli la realización de 12 leones en bronce dorado para las mesas de piedras duras que se encontraban en el Salón de los Espejos. De esos 12 leones, se lograron salvar 11 conservándose entre el Museo Nacional del Prado y Palacio Real.

<em><span style="color: #3366ff;">Uno de los leones de Matteo Bonuccelli conservado en el Museo Nacional del Prado. Foto: Museo Nacional del Prado</span> </em>
Uno de los leones de Matteo Bonuccelli conservado en el Museo Nacional del Prado. Foto: Museo Nacional del Prado

Conviene matizar que los monjes de San Gil intentaron salvar el relicario de la capilla, pero no fueron capaces de abrir la rejería quedando sepultado entre las cenizas. Aunque acudieron con presteza y se centraron en salvar las  pinturas que estaban embutidas en los muros del Salón Grande, tan solo pudieron salvar las que se encontraban en la parte más baja ya que no disponían de escalera.

Maqueta del Alcázar Real del Museo de Historia de Madrid. Foto propia

El día 28 de diciembre de 1734, seguían activos algunos focos, pero ya estaba todo bajo control por lo que se comenzaron los trabajos de desescombrado. Lo cierto es que el incendio había devastado la mayor parte del palacio pero algunas estancias del ala oriental como el Cuarto de la Reina, la torre sudeste, donde se encontraba el aposento del príncipe de Asturias,  y siete balcones, se salvaron. 

<em><span style="color: #3366ff;">Carmen García Reig. Reconstrucción virtual del Salón Nuevo. Lado norte. Foto: Museo Imaginado. Fuente: Cipripedia.com</span></em>
Carmen García Reig. Reconstrucción virtual del Salón Nuevo. Lado norte. Foto: Museo Imaginado. Fuente: Cipripedia.com

En aquel momento se decidió que demoler estos restos y construir un palacio de nueva planta era lo más adecuado, así que el 5 de abril de 1738 se colocaba la primera piedra del que sería el  nuevo Palacio Real.

<em><span style="color: #3366ff;">De Diego Delso, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=42954030</span></em>
De Diego Delso, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=42954030

Bibliografía y artículos recomendados:

Vista del Alcázar Real de Madrid y entorno del Viejo Puente de Segovia (Tarde de toros en la ribera del Manzanares). Fuente: Wikipedia.com
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El Sereno
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Soy un sereno castizo pero del SXXI con un blog muy molón y pintón sobre Madrid en el que encontrarás curiosidades, historia, arte, cultura ocio y restaurantes. ¡De Madrid al cielo!
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