El Palacio de Linares: su historia, sus secretos y sus increíbles techos decorados

El Palacio de Linares: su historia, sus secretos y sus increíbles techos decorados

Corría el año 1872 cuando José María Murga y Reolid, que había heredado de su padre, el industrial y financiero Mateo de Murga y Michiliena una vasta fortuna, adquiría un solar de unos 3000 metros cuadrados en el esquinazo de la calle Alcalá con el Paseo de Recoletos.

Ese solar, que otrora había albergado el Pósito de la Villa, sería destinado a la construcción de su palacete-residencia y para su construcción el marqués de Linares no escatimaría en gastos y contrataría a los mejores artistas y artesanos de la época. El objetivo era crear una residencia digna de un aristócrata de una originalidad sobresaliente en el escaparate urbano del momento: la Castellana

Palacio de Linares. Laurent
Palacio de Linares.  Jean Laurent. Archvio Ruiz Vernacci.

El Palacio de Linares se convertiría en un auténtico Museo de Bellas Artes con una decoración ecléctica en cuyas estancias se dan cita estilos como el rococcò francés,  el japonés,  el arabesco, el neobizantino, el chinesco e incluso el pompeyano.  Los suelos, las manijas y cerraduras, las tapicerías, los mosaicos y los muebles, fueron o bien importados desde Francia,  o bien hechos por artesanos en Madrid.

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Interior del Palacio de Linares. Foto propia

En lo que respecta a la decoración pictórica de los techos y muros de las estancias, José de Murga, reservó la decoración de los mismos a artistas de la talla de Alejandro Ferrant, Manuel Domínguez, Casto Plasencia, Sebastián Gessa  o Francisco Pradilla, entre otros.  

Todos ellos, artistas de gran reputación en la época, dejaron para la posteridad una galería pictórica en la que las divinidades del Olimpo, amorcillos, ángeles, ninfas, alegorías,nubes, animales y flores, animan los techos con sus graciosas posturas, su serenidad, su colorismo y su vivacidad.

Urania y Melpómene. Detalle del techo de la escalera del Palacio de Linares. Autor: Manuel Domínguez y Sánchez. Foto propia

De acuerdo con las tendencias artísticas del último cuarto del siglo XIX, los artistas trabajarían sobre la tela y posteriormente, una vez terminadas sus composiciones, se montarían en los techos de cada una de las estancias.

Detalle de la cerradura de una de las estancias del Palacio de Linares. Foto propia.

En este artículo vamos a adentrarnos en el Palacio de Linares y detenernos en siete dependencias del mismo para contemplar y analizar los esplendorosos techos que decoran habitaciones, salones, comedores y corredores.

Además, llegaremos hasta una de las estancias que permanecen ocultas al visitante al no estar esta incluida en la visita regular que organiza la institución los fines de semana.

Detalle del techo del boudoir del Palacio de Linares. Autor: Manuel Domínguez y Sánchez. Foto propia

-Los techos del Palacio de Linares: un conjunto único

Poseer un palacete u hotelito en la Castellana era lo que todo burgués de las postrimerías del XIX y principios del XX, anhelaba. Don José de Murga no iba a ser menos y como ya se ha mencionado anteriormente,  creará en el esquinazo de la calle Alcalá con el Paseo de Recoletos un edificio palaciego para  uso y disfrute suyo y de su esposa Doña Raimunda Osorio y Ortega.

<span style="color: #3366ff;"><em>Salón oriental del Palacio de Linares. Foto: Juan Luis Jaén para Madridiario</em></span>
Salón oriental del Palacio de Linares. Foto: Juan Luis Jaén para Madridiario

El palacete de los marqueses de Linares, título que les había sido otorgado por el rey Amadeo I de Saboya, debía reflejar la fortuna e influencia de sus propietarios y por ese motivo, no se escatimó en gastos a la hora de su construcción y decoración.

Galería pompeyana del Palacio de Linares antes de su restauración en 1992 Foto: Restauración de arte Virola

El propio José de Murga viajará a las Exposiciones Universales de París (1878) y  Milán (1881) para adquirir mobiliario para su hogar. Además de esto, se tiene constancia que la visita que José de Murga haría al Palacio de Santoña en la calle Huertas 13, le haría decantarse para su residencia por el mármol de Carrara en lugar del de Madrid que se empleaba en la época.

Aquí vemos un detalle de uno de los techos del palacio en el que se encuentra el escudo de los Marqueses de Linares. Foto propia

La construcción del palacio comenzaría en el año en 1872 pero hasta 1884, sin que el palacete hubiese quedado terminado, los marqueses no pasarán a habitarlo. En lo que respecta a los trabajos de decoración, se iniciarán en 1878 y cada uno de los artistas contratados trabajarán de acuerdo a su estilo y presupuestos estéticos. 

<span style="color: #3366ff;"><em>Actual salón de Embajadores del Palacio de Linares. Foto: David Alonso Rincón. Libertad Digital</em></span>
Actual salón de Embajadores del Palacio de Linares. Foto: David Alonso Rincón. Libertad Digital

Contaría este palacio con todas las comodidades que se esperaban de un hombre de su categoría: timbres, teléfonos, baños con bañeras de mármol de carrara, ascensores hidráulicos e iluminación de gas.

Contaría además la residencia de los señores de Murga con chimeneas diferentes en cada una de las estancias, sedas en las paredes y armarios, cristales y lunas de Amberes, lámparas de la casa parisina Jules Graux et Cie, y tapices y alfombras de la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara, Tournai y París.

Retrato de la marquesa de Linares en el techo de la estancia que ocupaba su tocador. Manuel Domínguez. Foto:Bernardo Corces

Debido a los múltiples retrasos que se produjeron en tanto en la entrega de las obras pictóricas como en el mobiliario, verjas, esculturas y suelos, el palacio no quedaría finiquitado hasta el año 1890.

<span style="color: #3366ff;"><em>Detalle de la decoración del techo de la escalera del Palacio de Linares. Foto propia</em></span>
Detalle de la decoración del techo de la escalera del Palacio de Linares. Foto propia
1.Manuel Domínguez y el techo de la escalera principal

Una vez se ha traspasado el zaguán que da acceso al Palacio de Linares, nos encontramos con una esplendorosa escalera de mármol de Carrara, obra de Jerónimo Suñol, en cuya balaustrada descubrimos motivos alusivos al teatro y a la música. A este espacio, nos dan la bienvenida dos discretas y coquetas ninfas de  bronce que portan candelabros en sus manos y que fueron traídas desde París por el mismísimo marqués de Linares, Don José de Murga.

Ante este despliegue de belleza uno corre el riesgo, si mira hacia arriba, de sufrir un stendhalazo con el asombroso conjunto pictórico que el discípulo de Federico Madrazo, el pintor Manuel Domínguez y Sánchez (1840- 1906) ideó para esta escalera principal del palacio.

<span style="color: #3366ff;"><em>Composición de Manuel Domínguez y Sánchez (1840- 1906) para el techo de la escalera del Palacio de Linares. Foto propia</em></span>
Composición de Manuel Domínguez y Sánchez (1840- 1906) para el techo de la escalera del Palacio de Linares. Foto propia

Manuel Domínguez optó para esta techumbre por el clasicismo griego colocando en cada una de las pechinas a las divinidades femeninas que inspiraban a los artistas, músicos y escritores: las musas. Así, en este cielo nos encontramos con las sensuales figuras de 8 de las 9 musas: Talía (musa de la comedia), Calíope (musa de la poesía épica) , Urania (musa de la Astronomía), Melpóneme (musa de la Tragedía), Erato (musa de la Lírica), Clío (musa de la Historia), Euterpe (musa de la música) y Terpsícore (musa de la danza). Polymnia, musa de la Pantomima sería la única de las divinidades que Domínguez no representaría en esta obra.

Para los espacios intermedios de las pechinas reservó Dominguez  el tema de los Elementos y las Estaciones del Año combinando personajes de diversa procedencia.

Collage con detalles de la composición que Manuel Domínguez y Sánchez (1840- 1906) ideó para la escalera del Palacio de Linares. Foto propia
2. El salón más musical

Una vez subida la escalera, nos dirigimos hacia el salón de música del entresuelo en la  planta baja del palacio. Esta estancia, ricamente decorada con muros estucados y sedas, posee un techo decorado nuevamente por Manuel Domínguez en 1884.

Techo del salón de música del Palacio de Linares. Autor: Manuel Domínguez y Sánchez (1840- 1906. Foto propia

Dada la función como salón de música de esta estancia, Domínguez optó por una composición presidida por las musas de la Música y la Lírica con sus correspondientes atributos y rodeadas de nubes y de un grupo de amorcillos juguetones.

Algo que llama la atención es la balaustrada que recorre la composición y que le sirvió a Domínguez para crear profundidad en la pintura. En torno a esta balaustrada son varios los personajes nobles ataviados con vestiduras del siglo XVIII que se asoman otorgando dinamismo a la composición.

Detalle del techo del salón de música del Palacio de Linares. Autor: Manuel Domínguez y Sánchez (1840- 1906. Foto propia
3. La noche en el dormitorio de los marqueses

Como sucede en todo el palacio, las decoraciones de los techos están relacionadas con los usos o funciones de la estancia que decoran. Así en el caso del dormitorio de los marqueses, el pintor Casto Plasencia decidió que una Alegoría de la Noche fuese la encargada de velar por los sueños de los marqueses de Linares.

Detalle de la ‘Alegoría de la Noche’ de Casto Plasencia para el techo del dormitorio de los Marqueses de Linares. Foto propia

Lo que Plasencia representó en esta techumbre fue una escena en la que la diosa griega de la Noche, Nyx, aparece desnuda y sentada sobre un lecho de nubes mientras que con su mano agarra el velo de la noche. Sobre su regazo vemos a su hijo, el joven Hypnos, la representación del sueño,  profundamente dormido.

Acompañan la escena un séquito  de amorcillos, ángeles músicos y una ninfa en cuyo borde del velo puede verse la firma del pintor:  “Casto Plasencia. 1880”

<span style="color: #3366ff;"><em>Alegoría de la Noche de Casto Plasencia para el techo del dormitorio de los Marqueses de Linares. Foto propia</em></span>
Alegoría de la Noche de Casto Plasencia para el techo del dormitorio de los Marqueses de Linares. Foto propia
4. El festín de los dioses en el comedor de gala

En la planta principal del palacio, nos encontramos con el suntuoso comedor de gala u honor en el que los marqueses celebraban sus banquetes. Para esta dependencia tan importante del palacio, se recurrió al pintor académico Alejandro Ferrant  y Fischermans.

El Festín de los Dioses, composición ideada por Alejandro Ferrant y Fischermans para el comedor de gala del Palacio de Linares. Foto propia

La composición que el artista  ideó para el techo de este comedor se divide en dos secciones distintas con dos grandes pinturas murales mitológicas que representan por un lado el festín de los dioses presidido por Júpiter,  y por el otro,  una escena presidida por la representación de Diana cazadora en una escena de cacería acompañada de Orion.

Detalle del techo del comedor de gala con la representación de Diana Cazadora. Autor: Alejandro Ferrant y Fischermans. Foto propia
5. El boudoir más florido y rococó

Siguiendo nuestro recorrido por este palacete decimonónico llegamos al boudoir, sala que se utilizaba como cuarto de estar para los invitados de la casa, y nos sorprendemos al contemplar su bello techo en estilo rococó el que un celaje floral lo cubre todo junto a dorados,  rocallas y un pilar donde se apoya un jarrón.

Manuel Domínguez fue el autor de esta obra en la que observamos ausencia de representación humana, a excepción de unos pequeños amorcillos que se adivinan en algunos de los ángulos. La composición se completa con las aves, cupidos y amorcillos jugando entre las flores que aparecen en los lunetos de las sobrepuertas.

Techo del boudoir del Palacio de Linares. Foto propia
6. La Aurora secreta

Hay un secreto del Palacio de Linares que pocos conocen, me refiero a la planta superior, lugar en el que se ubicaban las dependencias destinadas a los empleados de los marqueses y cuyas dos galerías fueron decoradas por Alejandro Ferrant con motivos romanos y pompeyanos.

Hoy en día, esta zona del palacio se encuentra cerrada a las visitas y sus estancias han sido convertidas en oficinas y despachos de los empleados de la Casa de América. Es precisamente una de estas estancias la que acoge en su techumbre una Alegoría de la Aurora atribuida al pintor madrileño Ricardo Villodas de la Torre

Detalle de la ‘Alegoría de la Aurora’ de Ricardo Villodas de la Torre. Foto propia

En el centro de la composición se observa a la Aurora con su lucero en la frente, vemos sobre ella a un joven recostado sobre el que versan dos interpretaciones: que sea Hipnos, ya que junto a él aparece la adormidera,  o que sea Céfalo a quién la Aurora habría raptado.

‘Alegoría de la Aurora’ de Ricardo Villodas de la Torre. Foto propia
7. Mosaicos bizantinos

Uno de los elementos decorativos que más sorprenden al visitante del Palacio de Linares es la suntuosidad de los mosaicos que se distribuyen a lo largo del pasillo de la planta principal. Estos mosaicos, que se encargaron a diversos artesanos italianos que tenían sus talleres en París y en Madrid, destacan por su vivaz decoración a base de láminas de oro fino y pequeñas teselas que forman figuras humanas, animales, escudos e incluso escudos heráldicos.

Son otros los espacios del Palacio de Linares que esconden suntuosas decoraciones y muchos secretos relacionados con sus primitivos moradores. Las visitas guiadas que se organizan desde la institución recorren otras estancias de las que no se habla en este artículo como son la capilla, el tocador de la marquesa de Linares, el Salón oriental, la Biblioteca o el Salón de Baile, entre otras.

Merece la pena apuntarse a alguna de las visitas guiadas y contemplar este palacete y su rica colección de Bellas Artes.

Biblioteca del Palacio de Linares. Foto: David Alonso Rincón. Libertad Digital
Detalle de una de las puertas de la galería superior del Palacio de Linares. Foto propia.
‘Psique conducida al Olimpo’ composición de Casto Plasencia para el Palacio de Linares. Foto: David Alonso Rincón. Libertad Digital

 

Invernadero de la planta superior del Palacio de Linares. Foto propia
‘El Festín de los Dioses’ , composición ideada por Alejandro Ferrant y Fischermans para el comedor de gala del Palacio de Linares. Foto propia

Bibliografía

  • Guía oficial del Palacio de Linares.
  • VV.AA. Casa de América, Rehabilitación del Palacio de Linares. Editorial Electa
  • Carmen Maceiras ‘El Secreto de Raimunda. La marquesa de Linares’.
  • Wilfredo Rincón. Estudio iconográfico de las pinturas del Palacio de Linares, Casa de América
  • Javier Barón. La decoración del Palacio de Linares. Datos y Documentos, Casa de América

P.d: todas las fotografías de este artículo han sido tomadas con autorización de Casa de América. Agradezco enormemente a la institución su colaboración a la hora de realizar este reportaje.

Sin más, se despide atentamente
El Sereno
El Sereno
Soy un sereno castizo pero del SXXI con un blog muy molón y pintón sobre Madrid en el que encontrarás curiosidades, historia, arte, cultura ocio y restaurantes. ¡De Madrid al cielo!
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