Un café Art Decó en el corazón del Rastro, el Café Pavón
En una época complicada para los establecimientos tradicionales y cafés históricos de Madrid, el pasado mes de julio no cerraba sino que reabría sus puertas, a pocos pasos del Rastro, uno de los cafés históricos dela ciudad, el Café Pavón.
Los responsables de devolverle la vida a este esquinazo tan transitado por serenos, parroquianos y amantes de las artes escénicas, son dos socios con dilatada experiencia tanto en campo de la restauración (uno de ellos está detrás de la dirección de locales como La Bicicleta, Dray Martina o Hattori Hanzo) como de las artes escénicas (Impromadrid). Son dos personas que han volcado sus esfuerzos en devolverle la vida a este café que llevaba cerrado aproximadamente un año.
El Café Pavón es lo que era, un café de barrio con su barra de chapa, sus mesas y sillas de madera, sus grandes ventanales y algo espectacular, un techo art decó que apareció por casualidad durante las obras, bajo una capa de gotelé. Sin duda esto último asombra a todos los que entran por primera vez, y es que este techo forma parte del programa decorativo original del teatro que data del año 1924.
También han recuperado un zócalo de la azulejería tradicional que cubría buena parte del establecimiento.
Un café para reunirlos a todos
El ambiente es muy agradable y distendido, su clientela es variada, como el barrio en el que asienta. Al Café Pavón acuden jóvenes, vecinos del barrio, comerciantes de los negocios aledaños y clientes de la antigua cafetería.
Los nuevos dueños han sabido conservar la esencia del primitivo bar de los setenta añadiéndole algunos detalles decorativos como taburetes de los años 60, lámparas de globo y un sofá que llama la atención y que esconde un secreto. Según me han contado el sofá, que apareció por casualidad en la casa de unos de los regentes del negocio, aparece nada más y nada menos que en la película ‘Mi último tango’ de Sara Montiel de 1960.
¿Y qué se puede tomar en el Café Pavón?
Con la reapertura, no solo se le ha dado una nueva vida al local, han hecho lo propio en el apartado de viandas, picoteo, cafés, cañas y espirituosos. Donde antes se servía un café torrefacto de esos que no quieres volver a tomar en la vida, ahora se sirve café de Cafés el Pozo.
En lugar de los platos combinados grasientos que se ofrecían antes, ahora sirven a diario un plato de comida tradicional como la de casa, sin florituras, a tan solo 8 euros con bebida y café. Para que te hagas una idea, entre sus platos no faltan las lentejas, los calamares en su tinta, el morcillo estofado, las albóndigas con tomate o la parmigiana de berenjenas, entre otros. Los miércoles de invierno sirven cocido, no es una ración copiosa pero si lo suficientemente saciante.
Al Café Pavón puedes venir a desayunar (2.50 euros), a comer (desde 8 euros), a tomar un café o una cañita por la tarde, a e incluso a picotear o tapear algo por la noche. Es un establecimiento vivo y dinámico, organizan diversos eventos que anuncian en su Facebook y tienen bocatas de los de toda la vida, de tortilla, jamón o sobrasada con queso.
Ya sabes, en tu próxima visita al Rastro no dejes de pasarte por el Café Pavón, es un sitio auténtico y alejado de lo que se lleva ahora: el steak tartar, los palets de madera y las sillas industriales, es un lugar pintón, económico y con inteligentes propuestas gastronómicas.
Para de terminar a modo de curiosidad, comentarte que el Café Pavón ha tenido el honor de ser el escenario para uno de los programas de ‘Cachitos de Hierro y Cromo’ de la 2 de TVE con la gran Virginia Díaz.
Datos de interés
Café Pavón
Calle Embajadores, nº 9
Metro: Lavapiés/ La Latina Facebook Café Pavón
Sin más, se despide atentamente
P.D: En otro artículo les hablaré del Teatro Pavón y de sus múltiples singularidades